en busca d una diferencia entre "fruidor" y "espectador" encontre un par d cositas.... q asi y todo no me terminaron d aclarar la diferencia:
...Creo que hoy en día el diseño superó bastante la instancia meramente comunicacional de la producción. Muchas veces digo que hay un usuario, que es el que se relaciona con los objetos por su uso; un consumidor, que es el que utiliza los productos que la industria hace; y un "fruidor", que es el que busca el objeto diseñado. Hoy no somos solamente usuarios. El diseño actual ha quebrado algunas barreras. La gente entra en relación con él sabiendo que puede encontrarse con un objeto hermético ...http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=184315
siguiendo con la busqueda me enganche con este texto interesante .... "Seguimos esperando que el arte nos sorprenda con su regalo, el
de la belleza. Paralelamente a esto, hay cierta pregunta que no cesa en torno a
qué es aquello que hace que algo pueda ser considerado artístico, cuáles son
hoy las instancias de legitimación ¿el museo, las galerías de arte, los críticos, el
mercado?
En todo caso, y aun tironeados entre la esperanza del encuentro con lo bello en
las artes, y la realidad que propone otras cosas, cabe reconocer que la plástica
ha dimitido, al menos por ahora, de asumir ese objetivo. Y sin embargo, ciertos
discursos sobre la belleza detentan en la actualidad una presencia y visibilidad
inusitada.
Dice Jacques Aumont que “hoy en día lo bello es atributo de la comunicación en
sus diversas formas y, ante todo, de la publicidad; los cuerpos bellos, los colores
bellos, los planos bellos y los encuadres bellos...” (Aumont, 1998). Y esta
mudanza que nos hace encontrar un discurso profuso sobre la belleza en un
campo de representación que no es otro que el de la mercancía, supone un salto
cualitativo de envergadura.
En estas páginas se pretende exponer algunas conclusiones derivadas del
análisis de spots de productos cosméticos emitidos en la televisión española. Se
trata de unos anuncios que también se emiten en los canales de otros países
dado que el mercado cosmético está dominado por marcas con presencia
internacional. En esas publicidades la belleza es presentada como una propiedad
transferible desde el producto hacia las espectadoras, como resultado de la
utilización de determinadas sustancias y de la realización de ciertas prácticas. La
belleza y la propiedad de embellecer que se atribuye a los productos, queda
redoblada en los anuncios de productos de belleza por la función específica de
estas mercancías. No sólo se puede decir que un anuncio es bello o que el
producto anunciado queda asociado a la belleza a través de las estrategias
retóricas y seductoras propias de la representación publicitaria, sino que el
objeto mismo tiene por función específica el embellecimiento (Walzer,2007).
Buscar las formas de representación de la belleza en el campo de la publicidad
de productos de belleza supone centrar la mirada en el cuerpo, en los objetos
(productos cosméticos) y en su representación. Se da así un nuevo salto ya que
la belleza, antaño pensada como propiedad inmanente de la obra, deviene ahora
en objeto de consumo que caduca, que se agota, que se gasta. Y en tanto la
mercancía está supeditada a su valor de cambio y renovación, se trata de una
belleza interesada que sirve a la finalidad de lucro.
Es común a muchas lenguas la existencia de dos términos, un sustantivo:
belleza y un adjetivo: bello, con el mismo origen. Eso es así tanto en lenguas
antiguas como modernas: pulchritudo y pulcher, beauty y beautiful, bellezza y
bello, beautè y beau. La belleza se refiere a la cualidad abstracta, mientras que
lo bello alude a una cosa en particular, a un objeto al que se le reconoce tal
atributo (Tatarkiewicz,1976). Como se ha dicho ya, el arte ha constituido una de
las fuentes más legitimadas de producción de belleza. La creación de obras
bellas por parte de los artistas introduce la actividad en los dominios del
sustantivo y del adjetivo. Sin embargo, lo bello creado es el resultado de la
acción y no la actividad en sí misma, pues como afirma Emilio Lledó: “la belleza
es, en cierto sentido, pasiva. No es actividad sino, en última instancia, resultado
de una actividad. Es imagen final de un largo proceso, en el que cada conciencia
se vislumbra en el reflejo de lo que ha hecho, de lo que ha elegido o de lo que le
han elegido”....
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